viernes, 27 de febrero de 2009

Los fantasmas de Lozadur

Amores, olvidos y muertes juegan en el pasado. Apareciendo, como fantasmas, detrás de lo cotidiano.

En Villa Adelina, la primavera, desparramaba a conciencia, colores y aromas, sobre plazas y jardines. El parque “De Los Inmigrantes”, se mostraba ante mis ojos como una porción del Edén. La última vuelta de mi caminata habitual había concluido. Al llegar al cruce de Soldado de Malvinas y Los Ceibos apareció ante mí. Sucio, maloliente, con el pelo entrecano, largo y revuelto. La camisa de color incierto, cubierta de manchas, el pantalón con las mismas características, anudado a la cintura por lo que alguna vez fue una corbata. De regular altura y años sin tiempo, el vagabundo se me acercó. Sus ojos oscuros mostraban una mansa locura. Una palidez fantasmal invadía su rostro. Recordaba haberlo visto una que otra vez. Caminando por Avenida de Mayo o haberlo cruzado por la estación. Pero esta vez se había hecho visible. Había dejado de ser parte del paisaje.
-Buenos días escritor ¿me convida un cigarrillo?- Quedé sorprendido por su conocimiento de mis ansias literarias.
-¿Cómo sabe que me gusta escribir?- Pregunté mientras le alcanzaba un cigarrillo.
-Conozco más cosas sobre Villa Adelina de las que muchos se imaginan y si me acompaña hasta donde los Ceibos se transforma en paredón le contaré una historia-
Caminamos las tres cuadras que nos separaban de nuestro objetivo. Acostumbrado a su olor y a su presencia, entre escéptico y curioso me dispuse a escuchar su historia. Le alcancé otro cigarrillo, mientras él me observaba feliz. Sintiéndose dueño de la escena.
-Detrás de este muro blanco –Comenzó su relato- funcionó hasta fines del año 1987 la fábrica de porcelanas “Lozadur”. Cientos de historias aún desparraman recuerdos entre sus paredes. Recordará usted que algunos hechos tortuosos, con desapariciones incluidas, acaecieron en la década infame. Y otros, no del todo claros que nos hablan de grandes desfalcos y del personal cobrando en mercadería sus sueldos. Pero hoy le voy a contar sobre el amor y de como el destino teje sus hilos más allá de nuestro alcance.- Hizo una pausa, como esperando que su memoria pusiese en palabras sus recuerdos
-A veces amigo –continuo- el amor juega a las escondidas. Toda la fábrica aguardaba, que la primavera hiciese germinar el romance entre Enrique y Andrea. Todos sabían, que Cupido había lanzado sus dardos, sobre los corazones del joven chaqueño, de la sección mantenimiento y la rubia de contaduría. Se miraban, se buscaban, se sonreían. Quizás, la parquedad de él o la timidez de ella, fuesen los lazos que no le permitían dar el primer paso. Tal vez el destino, estuviese esperando el lugar y el momento exacto, para que sus labios y sus sueños se fundiesen en un todo. El verano había comenzado caliente, como la sangre que golpeaba en las mejillas del joven. Cuando al fin se animó.
-¿Te puedo acompañar a tu casa, esta tarde?- Le preguntó. Ella lo miró sorprendida y con una sonrisa brillando en sus ojos le respondió.
-Bueno, esperame a las seis en Perito Moreno y las vías-
-Se imagina escritor, la alegría del joven. Aquel día trabajó como si cobrase horas extras. Mirando el reloj a cada instante y con un chamamé bailando en su alma. Dominado por la ansiedad escuchó el silbato de salida. Antes que dieran las seis esperaba en el lugar indicado. Prendió un cigarrillo, miró pasar el tren y esperó. Los segundos se hicieron minutos y los minutos horas. Y ella sin aparecer. –Pendeja de mierda- Masculló mientras su figura se perdía por Piedrabuena.
Una semana estuvo Andrea tratando de verlo y explicarle lo que le había sucedido. Siete días en los cuales Enrique la ignoraba, la evitaba. Su orgullo de macho había sido lastimado y necesitaba tiempo para lamerse la herida. En uno de los pasillos de la fábrica se encontraron frente a frente. Ella llevando unas carpetas, el una llave inglesa. El orgullo y la estupidez desaparecieron al verla tan hermosa y escuchó la explicación.
-Me vino a buscar mi papá, sabés, nunca me viene a buscar. No le podía decir que vos me estabas esperando. Si querés, hoy me podés acompañar- El se perdió en sus ojos celestes.
-Está bien- Le contestó. Pero en un juego estúpido de poderes y orgullos, esta vez fue él quien faltó a la cita. Después llegaron las vacaciones. Primero Enrique partió hacia el Chaco a visitar a su familia. A su regreso fue Andrea la que salía hacia la costa. Entonces el amor pareció quedarse dormido y dispuesto a olvidar. Pasaron las vacaciones y los desencuentros. Las miradas y las palabras volvieron a cruzarse. Perito Moreno y las vías fueron los mudos testigos del primer beso, tantas veces postergado. Villa Adelina se estremeció con aquel amor joven, puro, primero. Caminaron tomados de la mano hasta llegar a Independencia y El Indio. Se despidieron con un beso profundo, robador de aliento. Se prometieron acompañarse todos los días del resto de sus vidas.
En su regreso, sentía latir en sus labios, los de ella, sentía su perfume rodeándolo, todo su ser vibraba sintiendo aún su presencia. Imaginó una casita blanca, un jardín de rojos rosales, un patio con niños jugando. Y no lo vio, no lo escuchó. Y el maldito tren se llevó su vida, su amor y sus sueños.-
El vagabundo detuvo su relato y escondió la mirada. Me pareció ver un par de lágrimas sobre sus mejillas. Me miró por última vez y me dijo – Es el destino- mientras atravesaba el blanco paredón.

13 comentarios:

  1. Exelente muy bueno , en algunos pasajes se me antoja estar leyendo la pluma del maestro Alejandro Dolina, gracias
    Monica de Castelar

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  2. he leido con atencion su relato
    que me ha interesado sumamente pues integro un grupo de investigacion sobrela vida obrera en lafabrica lozadur.Agradeceremos que se comunique para concertar una entrevista pues se desprende de su obra literaria que posee muchos conocimientos sobre la relevancia de esa fabrica
    SAludos cordiales. prof. Mónica moniayllu@yahoo.com.ar

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  3. Hola Daniel: No sé si serás la persona que busco, pero creí reconocer en tu foto un rostro familiar de los años '70. Estuve trabajando en esos años eel sindicato de ceramistas de Villa Adelina, junto al Pelado (Miguel Scarpato), secuestrado en la estación de Villa Adelina el 14 de noviembre de 1976. Si tenés algún dato sobre sus últimos días, si sos la persona que creo, te podés comunicar conmigo a:
    adigiusto@tin.it Gracias
    ALBERTO DI GIUSTO

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    1. Hola x casualidad conocio a Hugo Cavia? le dejo mi mail angelescaviayo@hotmail.com

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  4. me gusto mucho lo que lei, mis padres se conocieron trabajando en Lozadur.Me entusiasme al comenzar la lectura pensando que eran mis viejos los enamorados del relato, pero no.Asi y todo me gusto mucho...suerte.

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  5. Soy Liliana, la hija de Domingo Bortolin.
    Mi padre fue gerente de Lozadur hasta su muerte en 1972.
    hoy busco por primera vez Lozadur en google...y si! Amores, olvidos y muertes juegan en el pasado. Apareciendo, como fantasmas, detrás de lo cotidiano.

    gracias...LB lilianabortolin@gmail.com

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    1. Buen día Liliana, me gustaría conocer la historia de Lozadur, su fundación, motivos de cierre, etc. Lamentablemente no se donde acceder para informarme. Le dejo mi correo, seria un gusto conversar con usted. aibenrique@yahoo.com.arMuchas gracias. Enrique

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    2. Mi tía fue gerenta de ventas no se desde que tiempo pero yo era chico (década del 60 y 70) y se jubiló en los 80 o 90, lamentablemente el Covid se la llevó en 2020 sino tendría mucho para contar.

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  6. Ace poco compre en una feria de barrio dos tasas con sus platitos muy lindos y antiguos,al dar vuelta una de las tasas veo su marca, losadur.Dias despues gugleo esa marca y no puedo creer la gran historia q encerraba losadur,la verdad q qde impresionado

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  7. Ace poco compre en una feria de barrio dos tasas con sus platitos muy lindos y antiguos,al dar vuelta una de las tasas veo su marca, losadur.Dias despues gugleo esa marca y no puedo creer la gran historia q encerraba losadur,la verdad q qde impresionado

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  8. Ace poco compre en una feria de barrio dos tasas con sus platitos muy lindos y antiguos,al dar vuelta una de las tasas veo su marca, losadur.Dias despues gugleo esa marca y no puedo creer la gran historia q encerraba losadur,la verdad q qde impresionado

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  9. Hola, mis papas tambien se conocieron trabajando en Lozadur, pero el motivo x el que ecribo es que queria saber si alguien conococe a una Estela que tambien trabajo ahi, y que en un momento salio con Hugo Cavia, es muy importante, si alguien me puede ayudar les dejo mi mail angelescaviayo@hotmail.com gracias!

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  10. Yo trabaje en lozadur desde el 85 al 87,en sección colados.yo colaba las cafeteras,teteras y las lecheras.

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